La propuesta es sencilla, trabajar la cuestión de las emociones en la publicidad con los anuncios de coca cola, basta con ir viendo anuncio tras anuncio con la propuesta de que se olviden que anuncia coca cola, para ello deben realizar audiciones con los ojos cerrados, y tras cada anuncio analizar lo absurdo del asunto, identificar las emociones con una bebida gaseosa. Por cierto el Capitan Torrezno nunca bebe coca cola.
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Verdaderamente suenan bastante ridículos, y si los miras resultan más absurdos todavía. ¿Qué opina el Capitán Torrezno?
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